Alimentación infantil: 10 pautas para la hora de comer que no sabías

MI HIJO NO COME. PAUTAS PARA LA HORA DE COMER

Si estás aquí es porque te has encontrado frente a la agotadora tarea diaria para que tus hijos coman de manera adecuada. ¡Sabemos los frustrante que puede llegar a ser! Por eso recopilamos 10 pautas para la hora de comer, que pueden ayudarte a transformar esta experiencia en tu hogar. Con ellas descubrirás un nuevo mundo de posibilidades para hacer que los momentos de la comida sean más placenteros para todos.


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  1. Establezcan horarios claros y precisos para las comidas independientemente de quién acompañe al niño en el momento de alimentarse. Utilicen una representación gráfica del reloj para mostrarle al niño cuándo es hora de retirar los platos. Asegurándose de que no transcurran más de 20 minutos. En caso de que el niño esté comiendo, pueden considerar extender este tiempo por un par de minutos adicionales. Siempre y cuando se haya anticipado esta posibilidad al niño con anterioridad.
  2. Preparen el entorno para la hora de comer: Recuerden que los niños a menudo imitan el comportamiento de los adultos. Por lo que es importante que coman en familia. El comedor debe estar limpio, ordenado y libre de distracciones como pantallas o juguetes.
  3. Fomenten la participación del niño: Durante la preparación de los alimentos, permite que el niño realice actividades simples como batir, pelar o limpiar los alimentos. Esto siempre con la supervisión de un adulto. Además, dale la oportunidad de usar su imaginación y de organizar el comedor según sus preferencias.
  4. Ofrezcan opciones limitadas: Permite que el niño participe en la elección de los alimentos tanto par las comidas en casa como para las loncheras. Por ejemplo, puedes presentarle dos opciones y preguntarle cuál prefiere: «Hoy tenemos pollo y carne, ¿cuál te gustaría que cocinemos?». «Para acompañar la arepa en tu lonchera, ¿prefieres huevos o queso?». Esta práctica le brinda al niño un sentido de autonomía y lo involucra en el proceso de decisión sobre su alimentación.
  5. Fortaleciendo los lazos familiares: Recuerden que la hora de las comidas es una oportunidad para nutrir tanto el cuerpo como el alma. Durante este tiempo, es beneficioso implementar conversaciones en las que se compartan las experiencias del día, no solo las del niño, sino también las de los demás miembros de la familia. Vayan más allá de la pregunta típica de «¿Cómo te fue hoy?» y profundicen en las vivencias y emociones de cada uno. Esta práctica no solo fortalece los vínculos familiares, sino que también crea un espacio de conexión y apoyo mutuo.
  6. Autoobservación: Tómate un momento para reflexionar sobre tu relación con la comida. Considera preguntas como: ¿Como de manera variada? ¿Me siento cómodo probando alimentos nuevos? ¿Disfruto de frutas y verduras en mi dieta? Después de este autoexamen, es momento de actuar y enseñar con el ejemplo. Si deseas que tu hijo adopte hábitos alimenticios saludables, demuéstrale tu compromiso incorporando variedad en tu dieta. Muéstrate abierto a probar nuevos alimentos y disfruta de frutas y verduras junto a él. Recuerda que tus acciones hablan más fuerte que tus palabras. Tu actitud positiva hacia la comida puede influir de manera poderosa en el comportamiento alimenticio de tu hijo.
  7. Juego de roles en familia: Anímate a jugar al restaurante, a organizar fiestas culinarias y a preparar comidas para compartir en familia. Estos juegos no solo son divertidos, sino que también acercan al niño a los alimentos de una manera lúdica y educativa. Permítele participar en la planificación y preparación de las comidas, fomentando su creatividad y su interés por la cocina. Además, estos momentos compartidos fortalecen los lazos familiares y crean recuerdos felices que perdurarán en el tiempo.
  8. Eviten la exclusividad: Es importante recordar que no tenemos una carta abierta en la alimentación. Si permitimos que el niño participe en la toma de decisiones sobre el menú y la preparación, pero no come, retira el plato con amabilidad. Puedes decirle al niño que estás seguro de que podrá esperar hasta la próxima comida. Esto establece límites saludables y fomenta la responsabilidad del niño sobre su propia alimentación sin generar conflictos innecesarios.
  9. No rescates ni regañes: Es importante dejar de lado frases como «come», «mira que te falta tanto tiempo», «otra vez vas a empezar». Si ya se han establecido acuerdos claros con el niño, evita caer en el regaño o el rescate para convencerlo de que coma. En cambio, como adulto, haz cumplir los acuerdos con firmeza y amabilidad. Esto ayuda a que el niño asuma la responsabilidad de su alimentación de manera autónoma y sin presiones indebidas.
  10. No obliguen: El ser humano tiende a resistirse cuando se siente obligado a hacer algo, y actividades como comer y dormir son necesidades naturales que el cuerpo mismo reconoce sin necesidad de que un factor externo lo recuerde. Por eso, el niño no necesita frases como «debes comerte todo» o «no te levantas hasta que termines de comer». Si el niño se niega a tomar los alimentos, retiralos con amabilidad y recuérdales que pueden esperar hasta la próxima comida. Es importante mantener los horarios de comida consistentes y no cambiarlos. Esto promueve una relación positiva con la comida y fomenta la autonomía del niño en su alimentación.

Sigue estas pautas a la hora de comer y empezarás a notar el cambio. En definitiva, a la hora de sentarnos a la mesa, no sólo satisfacemos nuestras necesidades físicas, sino que también fortalecemos los vínculos familiares, promovemos hábitos saludables y fomentamos la autonomía de nuestros hijos en relación con la alimentación. Estableciendo horarios, fomentando la participación del niño en la preparación de alimentos, ofreciendo opciones limitadas y evitando el rescate o el regaño, creamos un ambiente positivo en torno a la comida. Al jugar con roles, evitar la exclusividad y no obligar a comer, brindamos la oportunidad de explorar y disfrutar de los alimentos de manera placentera.

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Recordemos que cada comida es una oportunidad para nutrir tanto el cuerpo como el alma. Al adoptar estos pautas para la hora de comer y con la ayuda de nuestro recetario, estamos sentando las bases para una relación saludable y armoniosa con la comida en el hogar.

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