Sin duda nuestra película de Disney Pixar favorita es Valiente. Mérida no es para nada la típica princesa en espera de ayuda, esto en parte es el motivo por el cual nos gusta tanto esta historia, pero no es el único, también nos encanta el mensaje que hay detrás de lo ocurrido en cada escena. Esta entrada la dedicamos a la disciplina positiva y lo que Valiente nos enseñó!
Elinor, la reina y mamá de Mérida, se encargaba de educar a su hija bajo los estrictos parámetros a los que debe serle fiel una princesa. Una de las frases favoritas de la reina era «sin armas en la mesa» según ella las princesas no deberían usar un arco. Lo que ella no imaginaba es que sus palabras herían a su hija mucho más que cualquier arma.
A Mérida, no le interesaba en lo más mínimo el matrimonio, amaba lanzar flechas y cabalgar, lo que su madre no veía con buenos ojos. La reina solo se dedicaba a corregirla, a prepararla para el futuro, porque claro algún día Mérida ocuparía su lugar! «una princesa no ríe a carcajadas, una princesa es paciente, una princesa tiene que aspirar a ser perfecta, una princesa no alza la voz, una princesa tiene que…, » cualquiera que vive bajo tanto presión, va querer escapar, no?
Mérida anhelaba tanto huir de todas las responsabilidades que le impusieron, que amaba ese día donde podía salir a cabalgar y lanzar sus flechas, «un día donde era feliz» solo uno, de todos los que podía tener!!!!y aun llegando al castillo muy entusiasmada a contarle a sus padres sus aventuras, poco caso le hacían, especialmente su mamá.
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La importancia de escuchar…
Elinor solo soñaba con casar a su hija y así garantizar el futuro del reino. Los intereses de Mérida, que eran muy lejanos a casarse, poco le importaban porque nunca quiso escuchar a su hija y la princesa en su lugar, peleando por llevar la vida que quería, tampoco escuchaba las razones de su madre, pero no dejaba de reclamar que nunca le preguntaban lo que deseaba.
Entre ellas nunca se dio una conversación que las llevara a una solución real de la problemática, no validaban las razones de la otra y su mamá creía que por el hecho de ser la reina, Mérida tenía la obligación de escucharla.
Al enterarse Mérida de la ley que otorgaba al derecho a cada primogénito de pelear por la mano de la princesa, vio la oportunidad para defenderse y «salvarse» del matrimonio, en definitiva fue la única manera que encontró para hacerse escuchar.
Al participar en los juegos, desafió a sus padres y a los otros participantes. Fue un gran error de su parte tratar de solucionar las cosas así, error que termino por complicar la relación entre los clanes y romper el vínculo con su madre. En la película lo vemos de manera gráfica al dañar el tapiz familiar. Elinor terminó quemando el arco de su hija, arrepintiéndose una vez que se dio cuenta de su error. (Lo que nos suele suceder como padres)
Una solución poco respetuosa…
Como sabemos, Mérida quiso cambiar a como diera lugar, la posición que su madre tenía frente al matrimonio. Lo que casi termina en tragedia. No pensó en las consecuencias y olvido el amor que su madre le tenía.
Es interesante ver como Elinor siendo osa conecta con su hija por primera vez. Enfrentando esta situación, se alejaron de los gritos y de las jerarquías, empezando así a establecer una relación de autoridad horizontal.
Mérida, empezó a animar a su mamá osa a pescar, cosa que nunca se dio al contrario con el gusto de la princesa por la arquería. Igualmente, cuando se dio la oportunidad, Elinor animo a la princesa a dirigirse ante el reino para tratar de arreglar la situación y evitar una guerra.
Cuando empezamos a respetar a los demás, vamos fortaleciendo las relaciones. Debido a que nos alejamos de los gritos, es más fácil enfocarnos en las soluciones, llegando a ser justos según los interese de cada parte,
Cuando enfrentamos una situación similar, se nos hace un poco difícil ponernos en el lugar del otro, lo que casi siempre termina en discusiones. No es fácil dejar ciertas creencias, muchos en algún momento pensamos que si damos importancia a las opiniones de nuestros hijos terminamos perdiendo autoridad. Nada más errado, tener en cuenta la posición de nuestros hijos, nos acerca a la justicia y lo que equivale a fortalecer nuestro vinculo.
Remendar el vinculo…
El mensaje que la bruja dejo a Mérida es clave “alterado fue el destino, ve el interior, remienda el vínculo que el orgullo modifico”. Podríamos decir que solo debían coser el tapiz en casa, pero debemos ir más allá. Tanto la reina como la princesa, deberían ver su interior, aceptar sus errores, perdonarse y perdonar para poder remendar el vínculo.
Valiente es una bonita historia, pero todos los problemas que tuvieron se pudieron haber evitado llevando una crianza respetuosa a través de la disciplina positiva.
Falta de diálogo: Mérida debió escuchar las razones de su madre para querer asegurar el futuro del reino por medio de un matrimonio forzado. Al igual que Elinor debió escuchar y darle importancia a los intereses de su hija.
Falta de sentido de pertenencia: Hay una notable falta de sentido de pertenencia por parte de Mérida hacia su reino. Ella solo quería liberarse del matrimonio y sin importar las consecuencias políticas que eso traería.
Falta de amabilidad: Uno de los principales principios de la disciplina positiva es ser amables y firmes. Principio que Elinor olvidaba por completo, ella solo quería que su hija la escuchara, la obedeciera y punto!
No se enfocaban en la solución: Tanto reina como princesa, solo gritaban sin parar. No aceptaban sus propios errores y perdían el foco al tratar de darle una solución a la problemática.
Falta de una Relación horizontal: Elinor era la reina, papel que desempeñaba muy bien. Pero se le olvidaba ser madre de Mérida, ella solo se limitaba a entrenarla para que la reemplazara en un futuro, solo le daba órdenes.
Un papá que no opinaba: El rey mostraba más empatía hacia su hija, pero estaba ocupado cazando osos como para cuidar los intereses de su hija y las del reino.
Ahora…
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