El tacto, es uno de los primeros sentidos en desarrollarse, cuando se está en el vientre de mamá, constantemente hay contacto entre el bebé y el útero. Con lo que podemos decir que el masaje infantil, representa un fuerte canal de conexión entre los niños y los padres. Desafortunadamente, muchas personas tienen la falsa creencia que se necesita mucho tiempo y elementos para llevarlo a cabo.
Pero lo cierto es que el masaje infantil se debe dar de manera espontánea, partiendo de tres elementos fundamentales:
- Estar en sintonía de uno mismo.
- Querer dar el masaje.
- Que los más pequeños quieran y estén preparados para recibir el masaje.
Cuando estos tres elementos se cumplen es el momento ideal, ya que parte del deseo de los participantes.
El momento de dar y recibir el masaje no necesariamente debe ser estructurado, este puede llegar a durar un minuto o mucho más tiempo, todo dependerá de la situación en donde se presente y la voluntad de las partes. Momentos como el de la lectura, mientras se hace el mandado o al compartir un juego, se pueden prestar para brindar un masaje que reafirme la relación entre el niño y el adulto.
Momentos ideales…
Como hemos dicho, podemos ofrecer un masaje a nuestros niños en cualquier situación, siempre y cuando se cumplan los tres aspectos anteriormente descritos.
Aquí algunas ideas de momentos, donde podemos incluir el masaje como canal de conexión:
- Mientras se lee un cuento, se pueden realizar algunas caricias sobre el brazo o la espalda del pequeño.
- Después del baño suelen estar calmados, lo que los hace mayor receptivos a la idea de ser masajeados.
- Cuando se juega, se pueden incluir juegos de contacto como por ejemplo:
- Adivinar que se dibuja en las diferentes partes del cuerpo con los dedos del otro
- Cantando rimas mientras se toca el cuerpo de los niños.
- Simulando los diferentes instrumentos musicales, mientras se hace contacto físico.
Teniendo en cuenta que en el masaje se puede incluir la lectura, las rondas infantiles, el juego y el canto, los niños y las niñas identificarán este momento como un momento placentero con los padres y adultos participes.
Como podemos ver, el momento del masaje no necesita de una gran logística, ya que este puede nacer en cualquiera de las situaciones que se nos presentan en la cotidianidad, ganando grandes beneficios que traerá fortalecimiento en la relación padre e hijo.
Beneficios del masaje infantil.
Al incluir el masaje en las rutinas del día a día, se fortalece la relación afectiva entre los hijos y los padres, lo cual favorece las condiciones para generar confianza dentro del núcleo familiar.
Favorece la expresión de sentimientos, ya que a medida que los niños y niñas crecen, pueden manifestar cuando desean un masaje y señalar que zonas de su cuerpo les gustan que sean masajeadas y cuáles no.
Ayudan a los pequeños a escuchar a los adultos, logrando identificar los momentos en que ellos también requieren de un masaje.
Se liberan tensiones musculares.
Ayuda en el alivio de cólicos.
Proporciona placer sensorial, generando sensación de bienestar.
Un masaje antes de dormir, proporciona un sueño más reparador.