Como mencionamos en entradas anteriores (Las Emociones: Entender, Conectar y Guiar a tus Hijos, Las emociones secundarias: entender, conectar y guiar a tus hijos) el reconocimiento y la gestión asertiva de nuestras emociones son pilares esenciales para construir relaciones respetuosas. En esta ocasión, profundizaremos en la conexión entre las emociones y la disciplina positiva, además de explorar estrategias prácticas que ayudarán a los niños a reconocer y manejar sus reacciones emocionales.
Relación entre las emociones y la disciplina positiva.
Los principios de la disciplina positiva nos permiten entender el profundo impacto que tienen las herramientas de la crianza respetuosa en la guía de los niños para validar sus emociones. A continuación, analicemos algunos de estos principios.
- Respeto mutuo: La disciplina positiva brinda un ambiente de seguridad emocional, ya que evita los castigos y se enfoca en soluciones que demuestran el uso de una autoridad horizontal. Esto permite a los niños expresar sus emociones sin miedo a ser juzgados o señalados, lo que fortalece su autoconcepto.
- Educación para la vida: Teniendo en cuenta que la disciplina positiva ayuda a los niños a identificar y gestionar sus emociones, y que a su vez fomenta relaciones empáticas y comprensivas, es fundamental validar no solo lo que siente el niño, sino también los sentimientos del adulto. Este enfoque contribuye al desarrollo de la inteligencia emocional, permitiendo que los niños expresen sus emociones sin causar daño a los demás.
- Enfoque en soluciones: Haciendo uso de las 3 R y una U para la resolución de conflictos, se promueven habilidades sociales que permiten respetar las emociones de todas las personas involucradas en la situación. Este enfoque invita a la reflexión emocional sobre lo sucedido y busca maneras de reparar el daño causado.
Estrategias prácticas
- Tiempo fuera positivo: Cuando surja una situación que active intensamente las emociones de los integrantes de la familia, no es recomendable intentar solucionarlo de inmediato. En este contexto, la construcción de un rincón de la calma se presenta como una estrategia respetuosa para gestionar las emociones de manera asertiva. Es fundamental involucrar a los niños en la creación de este espacio para que cumpla con sus expectativas. Asegúrense de incluir elementos de diferentes texturas, cojines, colores, cuentos y objetos musicales que fomenten la calma.
- El diario de las emociones: Enseña a tus hijos a llevar un diario de emociones. Allí podrán dibujar su rostro mientras experimentan diferentes sentimientos. También discute con ellos ideas que los hagan sentir mejor y que puedan practicar cuando lo necesiten. Indícales que escriban estas ideas en su diario, debajo de cada dibujo.
- Técnicas de relajación: Las meditaciones de mindfulness y los ejercicios de respiración ayudan a los niños a controlar sus reacciones emocionales ante el enojo o la tristeza.
- Etiquetas emocionales: Una estrategia fundamental para que los niños reconozcan sus emociones es ponerles nombre a sus sensaciones. Preséntales tarjetas con imágenes que representen diversas emociones y explícales cómo se manifiestan en el cuerpo. Cuando estén alterados, pregúntales: «¿Cuál es la emoción que sientes?» Si no pueden expresarlo con palabras, pídeles que te muestren la tarjeta que representa lo que sienten.
- Conversaciones reflexivas: Cuando las emociones del niño se calmen, mantén un diálogo reflexivo a través de preguntas abiertas. Permítele descubrir cuál fue la emoción que experimentó, cómo reaccionó y qué puede hacer para responder de manera más asertiva en el futuro
- La literatura infantil: Recurrir a la literatura infantil ayuda a los niños a descubrir estrategias para enfrentar sus emociones. Pueden aplicar lo que aprendieron de los personajes en las historias.
- Juegos infantiles: Los juegos brindan a los niños la oportunidad de experimentar diversas emociones, como la alegría y la tristeza. Si estas emociones se gestionan de manera asertiva, ayudan a fortalecer sus relaciones interpersonales.
La disciplina positiva crea una atmósfera respetuosa que permite expresar emociones de manera saludable y sin miedo. Esto ayuda a los niños a fortalecer su inteligencia emocional y a desarrollar habilidades sociales basadas en el respeto y la igualdad. Así, logran un mejor reconocimiento intrapersonal y fortalecen sus relaciones interpersonales.